¿Qué es el Triángulo de oro?
El Triángulo de Oro es la herramienta que utilizo para saber qué puede y qué no puede pedir un cliente. Ojo, no me la he inventado yo.
Desde que la descubri por casualidad, tengo la ideas mucho más claras. Me sirve para saber cuándo debo subir precios en diseño e ilustración, y cuándo rechazar a un cliente.

Todos los clientes quieren lo mismo. Quieren que lo que hagas sea…
- Barato
- Bueno
- Urgente
¡Pero no puedes darlo todo! Si subes el precio puedes ofrecer una combinación de dos factores, pero nunca tres. Es importante dejar claro al cliente qué líneas rojas no puede cruzar, y qué peticiones implican un aumento de precio. Por ejemplo, así es cómo utilizo yo la herramienta del triángulo de oro:
Rechazo al cliente si…
- Exige algo barato, urgente y bueno
- Quiere algo barato y urgente
- Pide algo barato y bueno
Qué hago con el resto de casos:
- Si me piden algo bueno, dejo claro que no puede ser urgente
- Cuando me piden algo urgente, subo el precio (solo en diseño e ilustración, no en pintura)
- Si me piden algo urgente y bueno, subo más el precio (solo en diseño e ilustración, no en pintura)
¿Sirve El Triángulo del Oro para la pintura?
Este criterio te servirá para rechazar a clientes en el sector de la pintura, pero no para subir precios. Los precios en el sector del diseño y la ilustración están sometidos a cierta fluctuación, dependiendo de las condiciones. Estos altibajos responden, precisamente, a los ajustes que se hacen para corresponder a variables como la urgencia o la calidad.
PERO… esto no funciona igual en la pintura, donde NO puedes subir precios al tuntún.
- La variable de la calidad no sirve. ¿Y sabes por qué? Porque tu pintura debería ser SIEMPRE buena, no cuando te lo piden.
- La variable del precio tampoco sirve. Te lo explico a continación.
Tus precios en el mercado del arte deben ser estables y consistentes. Sencillamente, no debes subir y bajar precios según te convenga. Si alguien te pide algo que no puedes ofrecer, rechaza al cliente, pero no manipules los precios de tu pintura. Es un suicidio.
Cuando un cliente te pida algo urgente y ves que no podrás ofrecer nada bueno, cambia el chip: mentalízate de que no es un cliente. No pierdes nada de alguien que no es un cliente, y si lo aceptas perderás tu reputación.