
óleo sobre lienzo de lino
200x200cm
disponible en Galería Vidrart, Menorca, España
Esta obra pertenece a la exposición individual Atlantis.
La mujer Alfa, o la Amazona dominatrix
Lo primero que hay que tener en cuenta es que en esta obra entrego la vara de mando a la mujer Alfa, relegando al hombre al esclavismo. Así es el entrenamiento de las Amazonas de Atlantis. Cada amanecer las jóvenes amazonas practican el noble arte del tiro con arco, acompañadas de su esclavo.
Este subtexto abre un amplio abanico de interpretaciones, una constante en mi pintura. Por lo general siempre dejo en manos del espectador el sentido último de mis obras. Sin embargo, en esta ocasión, esa libertad interpretativa transpira en el sentido de la historia, más que en la emoción de un rostro.
La inversión de roles históricos habituales entre hombres y mujeres tiene una finalidad dramática en la narrativa de Atlantis, y no debe confundirse con una propuesta. Resumidamente, aquí pongo al descubierto que un problema no se soluciona cambiándolo de manos.
A buen entendedor, pocas imagenes bastan.
Inspiración
Por supuesto, los clásicos son mi referencia fundamental y aquí bebo de la mitología, el cine y la literatura. En esta composición se adivina un ovillo de influencias que van desde la pintura barroca al cine de Tarantino, pasando por los años veinte.
A nivel técnico, mi inspiración procede de Diego Velázquez y John Singer Sargent; así como de artistas de la Edad Dorada de la Ilustración americana, como Howard Pyle y Harvey Dunn, entre otros.
Evolución técnica de la pintura
Está mal que lo diga yo, pero esta obra es técnicamente superior a mis obras precedentes. Aquí mi objetivo no era pintar más bonito, sino pintar mejor. Este matiz encierra un abismo.
Una buena pintura es el resultado de no esperar pintar una buena pintura. Por esta razón no he planificado esta obra, sino que he entrado en el estado mental que la ha hecho posible: confiando en el proceso y desapegándome del resultado.
Consciente de que el único modo de hacer algo es causarlo, no planificarlo, aquí abandono la pintura indirecta —pintura planificada por capas— para pintar con mucha más libertad alla prima. Esta es más una filosofía que un método, y me obliga a asumir riesgos y aguardar intuiciones.